Cada vez que me desarmo, cada vez que pierdo en una guerra contra mí misma, cada vez que caigo, cada vez que todo parece perdido y no hay por qué seguir, ella me mira, me sonríe, y vuelvo a creer.
Porque de sus ojos proviene una pureza única, capaz de invadir todo mi ser y llenarme de amor. Porque su sonrisa despierta mil sentimientos, es capaz de reparar corazones de cualquier mal que hayan sufrido, es única. Porque voz transmite la paz que se necesita en momentos así, y por sus oídos da gusto ser escuchada.
Cada parte de su pequeño ser es única. Ella es única en todas sus dimensiones, en todas sus fases. Y no existe otra igual. Desde un primer momento, cuando le regalé una estrella, supe que nacía un sentimiento incomparable, y qué mejor que darle amor.
Mantiene la calma, la fuerza, la hermosura, la delicadeza, en cada paso que da, en cara pestañeo de sus ojos azules, en cada palabra que sale de su boca. Es tan única que jamás nadie podría reemplazarla, es tan única que no podría arriesgarme a perderla por miedo a no encontrarla, es tan única que la quiero mía.
Me mira, me sonríe, y vuelvo a creer.
Te amo. Te amo tanto amor de mi vida.
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